Saber a qué te enfrentas es fundamental. Los opositores pasamos muchas horas solos con nuestros temas y, nos guste o no reconocerlo, se nos va la cabeza pensando en todo tipo de cosas. Hubo una temporada que me dió por pensar en la sala y la composición donde se hace el examen de la oposición.
He de decir que tampoco ayudó que me dijesen que el día de mi examen, "cuando cruzase aquel pasillo largo", iba a estar temblando cual baile de sambito. Con esa frase, mi imaginación echó a volar.
En las oposiciones a Registrador de Propiedad tenemos cuatro ejercicios: dos orales, un dictamen y una inscripción. Como solo hay un Colegio en toda España, en Madrid, se hacen siempre en el mismo sitio. Me han dicho que hace unos años era en una sala distinta de la de ahora, pero en fin, en el mismo lugar.
Cuando empezó mi crisis - aquí puedes leer Cómo volví opositar y resurgí de mis cenizas- solo pensaba en una sala como las del Tribunal Supremo. Si habéis hecho la visita al TS, sabréis que dicen que las salas están decoradas y construidas para intimidar al procesado y que diga la verdad. Pues eso tenía yo en mi cabeza: que querían que me hiciese caquita.
Me imaginaba la sala al más puro estilo Hogwarts. Muros altos, salas super grandes, sin apenas luz. Un tribunal a medio metro por encima del opositor, el público en tribunas a los lados y el opositor en el centro de la sala, de pie y cantando durante una hora. Mientras lo escribo no puedo dejar de reír y decir: "Marga, hija, qué dramática eres".
Pues estuve meses dándole vueltas a esa imagen, minando mi confianza y, entre eso y que cada vez lo veía más imposible..., bueno un drama. Pero como dijo Oscar Wilde: "la muerte es el verdadero drama; todo lo demás, literatura". Así que me armé de valor y fui a ver cómo era el escenario de la oposición.
Convencí a mi madre para ir a Madrid, aprovechando que había salido todo el follón del máster de Pablo Casado y que yo llevaba desde 2013 sin recoger el título del mío, y aprovechando que había exámenes y que el pisuerga pasa por Valladolid... En Alcalá 540 que me planté.
Los exámenes son públicos y cualquier pueda entrar. Me consta que mucha gente que estudia en Madrid va, pero siempre es mejor que le preguntes al que se examina si le molesta que entres. Depende cómo esté te dirá una cosa u otra y si te tienes que volver a casa sin entrar a ver a un examen, te vuelves y punto. Por suerte, la chica que hizo el examen me dijo que sin problemas pero que me pusiese al fondo.
Cuando entré en aquella sala, era todo lo contrario a lo que me había imaginado. Es un típico salón de actos, con una capacidad, así a ojo de buen cubero, de unas 100 personas máximo. El pasillo que me dijeron que me haría temblar, a mi parecer, no existía. Había mucha luz y estaba forrada con madera de roble o algo por el estilo, vamos un color madera más bien tirando a claro.
Sí había un tarima con un tribunal, pero no estaba a medio metro del suelo. Estaba un pelín elevado. Normal, si vas a un salón de actos es para ver al ponente... El opositor NO ESTÁ DE PIE. Dispone de una mesa tipo pupitre, pero de madera y una silla. Se sitúa justo enfrente del tribunal. Y finalmente, el público no está a los laterales, sino detrás del opositor en unos sillones como de cine forrados en rojo.
Vamos tal que así:
Recuerdo que me pareció todo muy familiar. El opositor se acerca a una mesa donde hay cinco bolsas de terciopelo lilas y va sacando las bolas: tres de Civil, una de Mercantil y una de Procesal o Administrativo. Se dirigen al opositor con normalidad y tranquilidad. Fue todo muy agradable (para mí, claro, la opositora estaría de los nervios).
Comenzó el exámen y prácticamente el tribunal ni la miró. Alguno de ellos estaba con el portátil, otros con códigos y mirando folios, pero estaban como está tu preparador parte del tiempo, que no sabes si te sigue o no.
Me alegré mucho de haber ido. Había otra chica que iba detrás, pero yo ya había visto lo que quería. Nos fuimos ya rumbo a Murcia, mucho más tranquila y con la sensación de haberme quitado mucha presión de encima.
Comentarios
Publicar un comentario